EL PERIODISMO UNA QUIMERA

9 May.2009
Excelente oportunidad la que se presenta este Director para rendir su homenaje a una actividad que se constituyó en el norte de su vida y que le permitió seguir en rumbo de tantos periodistas que con su trabajo señalaron el rumbo para la marcha de nuestra sociedad.
La institución del día del periodista que recordamos hoy, no fue otra cosa que el reconocimiento a una labor que liderizaba el nacimiento de una nueva Bolivia, gestada en una experiencia dolorosa como fue para el país la Guerra del Chaco.
La llegada a la presidencia de Germán Busch consolidaba el inicio de un proceso liberador que comenzó con David Toro que nacionalizó el petróleo, considerado como la manzana de la discordia que desencadenó la contienda bélica.
El 10 de mayo de 1937 Busch creaba un beneficio de jubilación para premiar las delicada misión de los periodistas, trayendo a la memoria la historia de los hermanos Barragán, periodistas asesinados por el gobierno de Melgarejo.
Las ideas de cambio pronto fueron acogidas por el diario La Calle cuya visión revolucionaria señalaba los nuevos derroteros. No podemos dejar de recordar a su director Armando Arce, a quien acompañaban Carlos Montenegro, Augusto Céspedes y otros que se convirtieron en verdaderos abanderados de las nuevas ideas.
Indelebles recuerdos de la infancia que con los comentarios de los mayores, crearon en la mente la idea de abrazar esta profesión para secundar los ideales de una patria mejor.
Los primeros pasos en el periodismo, hace ya 45 años, nos permitieron vincularnos con Jorge Suárez, director del vespertino Jornada de La Paz, al que nos sumamos desde las páginas de la sección deportes, junto a Julio Borelli, uruguayo establecido en Bolivia, que se convirtió desde el primer día en un verdadero maestro.
Un golpe de suerte nos permitió emprender el camino de la profesionalización y lo que es mejor, incorporarnos luego a la redacción del diario Presencia de La Paz, bajo la dirección de Huáscar Cajías, cuyas enseñanzas por más de una década, posiblemente nos inspiraron para incursionar en la docencia.
Una época signada por la violencia dictatorial que obligó a los periodistas a volcar toda su capacidad para cumplir esa función que les impone la sociedad y que no siempre se comprende. Hablar del día del periodista es traer a la memoria el recuerdo de aquellos que dejaron su vida en el camino, pensando en ese mundo ideal.
El ingreso a la redacción de El Mundo, hace 25 años, fue un nuevo desafío que nos permitió además tomar cariño a esta tierra que no sólo nos dio satisfacciones en la vida profesional, sino que nos permitió consolidad un hogar con sello cruceño, motivo de especial orgullo, con tres hijos nacidos en esta tierra, dos de ellos flamantes profesionales dispuestos a entregarse por una sociedad mejor.
Veinticinco años destinados a la cátedra nos permitieron transmitir a las nuevas generaciones cuanto habíamos ganado de experiencia, sin embargo, hoy nos nace una nueva oportunidad.
La dirección de este diario nos desafía hoy a mostrar la posibilidad de hacer realidad todo cuanto considerábamos necesario para ser un buen periodista.
Ojalá podamos concretar por lo menos en parte estos ideales, para ayudar a construir esa patria grande y unida con la que todo buen boliviano debe soñar.