Hoja Sagrada

26 jun. 09
En los últimos días hemos escuchado varias informaciones sobre el incremento de los cultivos de coca en nuestro país, la información no debería extrañarnos si las autoridades de gobierno prácticamente han limitado el control de estos cultivos y por el contrario, han viabilizado autorizaciones para la realización de estos cultivos e inclusive han entregado tierras del ex presidente Sánchez de Lozada, en la región de los Yungas, a los productores del agro, tierras que son conocidas por la existencia de este tipo de cultivos.
Cuando se habla del incremento del narcotráfico en nuestro país, el gobierno se apoya en las informaciones que dan cuenta de los trabajo de erradicación de las plantaciones, lo que también se explica ya que si se incrementan los cultivos, es lógico que los esfuerzos por erradicar también aumenten para disminuir los resultados en las estadística.
El tema cobra especial importancia hoy cuando se recuerda el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, establecido por la Organización de las Naciones Unidas.
Por otra parte recordemos que ayer el Presidente Morales canceló su viaje a la sede de la ONU, donde tenía que pronunciar un discurso relacionado con la crisis económica mundial.
Volviendo al tema del narcotráfico, las informaciones de las estadísticas resultan favoreciendo a nuestro país, al dar cuenta de que los índices de producción de cocaína son inferiores a los de Colombia y del Perú, el primero sería el mayor productor de la región.
A propósito es fácil advertir de alguna manera, por la presencia de personas de nacionalidad colombiana vinculadas al narcotráfico que son capturadas, e inclusive asesinadas en nuestro país que quienes producen la cocaína en ese país apelan a la materia prima que se produce en Bolivia y que es trasladada en avionetas y otro tipo de vehículos.
Las informaciones no son nada alentadoras ya que posiblemente, se trata del mayor problema de la humanidad en los últimos tiempos y que ha estigmatizado a nuestro país con la producción de la droga.
Recordemos por otra parte que no se trata del primer gobierno que asume la defensa de la producción de coca en Bolivia, ya lo hizo anteriormente el Gobierno del Acuerdo Patriótico MIR-ADN con la famosa campaña de “Coca no es cocaína” y que llegó a diferentes escenarios a nivel mundial, sin conseguir cambiar la idea.
En el caso presente, la situación se ha acentuado al tomar en cuenta la idea de que la hoja de coca tendría influencia en la vida de los pueblos originarios y que la masticación de la misma es parte de su cultura, recordemos que el mismo Presidente Morales masticó coca en un foro internacional, desafiando al auditorio a demostrarle que se trataba de una droga.
En cuanto al tráfico mismo, todas las semanas publicamos informaciones relacionadas con el decomiso de drogas y ya no se trata de unos cuantos kilos, como sucedía en el pasado, sino de toneladas con las que los sistemas de control resultarían insuficientes, por no utilizar otros calificativos para quienes tienen compromiso con la sociedad, de evitar que ello suceda.
Lo grave de la situación es que en esta como en otras oportunidades, el país queda en tela de juicio y su imagen vuelve a ser mencionada, como sucedió durante la dictadura de García Mesa y otros gobiernos autoritarios donde el narcotráfico alcanzó niveles elevados.

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