Seguridad laboral

05Jun.09
El ingenio Azucarero Guabirá ha anunciado un convenio para la extensión del seguro social para los trabajadores zafreros hasta el fin de este año.
La noticia ha ganado espacio en los medios de comunicación, no sólo de Santa Cruz sino también de otros lugares del país, como si se tratara de un hecho fuera de lo común y que merecería especial atención.
Estamos seguros de que cualquier emprendimiento empresarial debería comenzar con la preocupación de los propietarios, por asegurar a sus trabajadores, en efecto las leyes bolivianas se preocuparon por conseguir que los trabajadores sean asegurados y para plasmar la idea, luego de la Revolución Nacional, se creo la Caja Nacional de Seguridad Social para garantizar la seguridad de los trabajadores en sus fuentes laborales.
La idea que tampoco fue original, fue una copia de lo actuado en México como producto de la revolución de ese país, que de esa manera mostró su preocupación por las mayorías.
Lamentablemente, en nuestro país, luego del avance que significaron las medidas de la Revolución Nacional, como el Voto Universal, la Reforma Agraria y la seguridad social, una nueva generación del MNR, con una idea torcida de los principios con que nació ese partido político en las trincheras del Chaco y que se plasmó en la post guerra, echaron por tierra esos principios con el famoso Decreto 21060 que no fue otra cosa que la destrucción de un sistema que había significado sangre y sacrificio.
Debemos aceptar de que se trataba de un momento crítico en la vida del país, cuando éste salía de un proceso de hiperinflación que había lanzado por tierra la economía, pero debemos aceptar también que como sucede en muchas ocasiones, fueron los trabajadores los más damnificados, basta con recordar el éxodo de los relocalizados que poblaron el oriente en busca de alguna fuente de ingresos y que terminaron en buena parte formando primero el comercio informal y luego poblando los barrios marginales con todas las limitaciones y sacrificios que ello representa.
Afortunadamente, el proceso de Autonomía que ha comenzado su desarrollo en el oriente, ha iniciado su trabajo ofreciendo a los trabajadores, en especial a los menos favorecidos, un salario mínimo digno que está por encima con un 80 por ciento, con relación al salario mínimo nacional.
Es de esperar que la iniciativa de garantizar la seguridad ocupacional del ingenio Guabirá sea seguido también por otras empresas y en caso de que no lo hagan, el gobierno departamental pueda disponer mediante normas, beneficios que garanticen la vida de los trabajadores y su familia.
Un procedimiento de esta naturaleza sería mucho más efectivo que la creación de bonos que sólo sirven para paliar momentáneamente las necesidades de la familia, pero que no tienen trascendencia en el futuro.
La seguridad social, las pensiones por antigüedad y otros beneficios especiales, deberían ser preocupación de las autoridades de Gobierno y a falta de decisiones del gobierno central, cuya principal preocupación parece ser afirmarse en el poder sin ofrecer nada a cambio, las autoridades Autonómicas puedan proyectar de una manera positiva la vida de los ciudadanos, con la seguridad de que, si lo hacen, podrán ser imitadas en otras latitudes del país, como ha venido sucediendo en el pasado próximo cuando el mismo proceso autonómico ha sido modelo de implementación y que tiende a generalizarse en otros departamentos que todavía no han optado por ese camino.

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