02/6/09
No había terminado de anunciarse la decisión de la Corte Nacional Electoral de llegar al proceso de elecciones de diciembre próximo con el anunciado padrón biométrico, cuando la presidencia del la Cámara de Diputados convocaba a los miembros del hemiciclo parlamentario para revisar la Ley de Convocatoria al plebiscito.
Una medida de esa naturaleza, al solo ser mencionada, había recibido críticas, porque no representaba otra cosa que volver al sistema con el que se realizaron los procesos anteriores y que fue condenado por infinidad de irregularidad, puestas en evidencia con pruebas irrefutables que los honorables de la bancada oficialista pretendían ignorar.
Ello ha dado lugar a una reacción inmediata con anuncios de resistencia, bloqueos, ausentismo y otras medidas que no buscarían otra cosa que resistir a una arbitrariedad que ha sido consumada, pero que esperamos que no prospere por las razones anotadas.
La oferta de al Corte Electoral vino acompañada del pedido de no interferencia de parte de las autoridades del Ejecutivo y también de los grupos de oposición que de alguna manera presionaban para que la Corte pueda favorecer sus intenciones de apropiarse del proceso previo a la selección.
El anuncio de la Corte no sólo decía que iba a lanzar una nueva convocatoria, para implementar el padrón biométrico que previamente había sido dejado de lado, por insuficiencia de las propuestas presentadas, sino que garantizaba el cumplimiento de los plazos establecidos por la Constitución Política del Estado en vigencia y por la Ley de Convocatoria, antes de la modificación.
Afortunadamente el Presidente de la República ha manifestado su satisfacción por el ofrecimiento de la Corte y su deseo de que este se cumpla, una posición plausible y armonizadora, diferente al pensamiento que ha estado imperando en el país, caracterizado por la confrontación, no sólo entre periodistas y Ejecutivo que fue puesto de manifiesto por la Sociedad Interamericana de Prensa, sino entre los políticos y lo que más lamentable, también entre las regiones.
Lamentablemente, el Parlamento ha estado obstaculizando sistemáticamente el proceso, en reiteradas oportunidades, y recordemos que ello ha dado lugar a pugilatos, bloqueos, presiones y otras actitudes que nada tienen que ver con su facultad legisladora y con las vida democrática que aspiramos desarrollar, ya que han violado en reiteradas oportunidades las normas que ellos mismos han establecido, incluyendo la misma Constitución.
Bien vale la pena seguir la idea de que la Corte Electoral cumpla su papel sin interferencia y de esa manera se justifique el rol de Cuarto Poder del Estado que le asigna la nueva Constitución Política y que mal o bien, todos deberíamos pensar en acatar, en especial los parlamentarios que le dieron su aprobación en última instancia, en atención al referéndum aprobatorio.
Ya lo decíamos en oportunidad anterior, es importante prestar atención a las opiniones de las minoría es decir no aprovechar de la superioridad para imponer caprichos que no harán otra cosa que se mantenga la pulseta, con cierta ventaja de quienes detentan el poder pero con un ambiente de tensión nada agradable, ni para quienes vivimos en el país y menos a quienes quieren visitarlo y lo más importante a quienes podrían pensar en invertir su dinero en él.
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