Peor que antes

30 Jul.09
La ampliación de los cultivos de coca en el país ha sido comentada en forma insistente por las autoridades norteamericanas calificándola de un hecho negativo para el prestigio nacional y que ha dado lugar a que se levante la posibilidad de acceder al tratado conocido como el Atpdea que permitía el ingreso al país del norte de productos textiles manufacturados procedentes del nuestro.
Las autoridades de gobierno reaccionaron airadamente, en respuesta a tales afirmaciones, indicando que al contrario de lo que se afirmaba, nuestro país había intensificado sus actividades de control con relación a la producción de coca y con mayor razón a la fabricación de cocaína.
Al terminar la semana pasada, el Ministro Secretario de la Presidencia afirmaba con énfasis que estaba en posibilidades de demostrar que nuestro país superaba a los Estados Unidos de Norteamérica en las tareas de control del tráfico y fabricación de drogas.
No se necesita ser un experto en el tema para dar crédito a la afirmación de que a mayor cantidad de hojas de coca mayor producción de droga, ya que la parte que se utiliza para la masticación tradicional es muy limitada con relación al total que se da en el país. Por otra parte, quienes tienen el habito de la masticación afirman en forma reiterada que la única hoja que sirve para es actividad es la que se produce en la zona paceña de los Yungas.
Ahora, como un hecho sobresaliente, se afirma que los productores están dispuestos a ofrecer un aporte de una libra de coca por cada uno, con destino a la campaña de reelección del Jefe del Estado. La afirmación no tiene por qué extrañarnos, ya que se sabía de antemano que la base de las sucesivas campañas que el presidente Morales realizó en el pasado, tanto para ser parlamentario como para Presidente de la Republica, tuvo en los productores de coca como sus mayores aliados, al extremo de que hasta el presente, no ha dejado de ser, además de Jefe del Estado, secretario ejecutivo de la Federación de Productores de Coca del Chapare.
Prescindiendo de explicaciones y aclaraciones, las mismas autoridades del gobierno acaban de afirmar que no sólo están dispuestas a aprobar la ampliación de la zona productora, sino también que modificarían la famosa Ley 1008 para permitir la ampliación del área de producción de coca en el país.
Con tales medidas, las aseveraciones de que el país está en buena parte entregado a la producción de coca y sus derivados, deja de ser una acusación para convertirse en un hecho irrefutable, apoyado por las autoridades.
De esa manera, ya no será tampoco extraño que se descubran nuevas fábricas y se destruya algunas para mejorar las estadísticas. Ampliando la producción de las hojas, la aparición de nuevas fábricas ya no será un hecho aislado sino una consecuencia natural.
Con seguridad que en tales condiciones, la lucha antidrogas dará como resultada la aparición y destrucción de más y mayores fábricas.
Lo que no acabamos de entender son las razones que llevan a tal actitud que además de comprometer seriamente el prestigio del país, nos cerrará las puertas no sólo de los Estados Unidos sino también de todos aquellos países que consideramos nuestros amigos y que con seguridad no estarán dispuestos a ser considerados promotores del narcotráfico.
Por lo mencionado, el panorama que se muestra ante nuestros ojos no es nada alentador, nos encontramos creando las condiciones que tanto habíamos censurado en la última de las dictadoras.

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