5 Ago.09
Las perspectivas del futuro de Chile, luego de las próximas elecciones, han dado lugar a que el Presidente exprese su preocupación por el giro de los acontecimientos en ese país, ya que todo da a entender que la posición de corte socialista que ha mostrado el gobierno de la señora Bachelet se encuentra próximo a su fin, con lo que se daría una reaparición de la línea capitalista.
A las preocupaciones del Presidente ha de sumarse con seguridad el otro problema orientado en la misma dirección, que confronta la pareja Kichner en la Argentina; luego de las denuncias de enriquecimiento y otras actividades relacionadas con la administración, también ellos ven su futuro muy incierto, ya que la situación ha dividido el peronismo que era la base en que se asentaba la actividad gubernamental.
Todavía a ello tendríamos que agregar lo acontecido en México, donde también las posiciones izquierdistas, que parecían tan firmemente asentadas, han dado un giro con miras al otro extremo y han dejado la interrogante sobre la nueva orientación de los gobernantes.
El análisis internacional, por muy superficial que sea como el presente, no puede dejar de lado el tema Honduras, sobre el cual si bien la posición internacional fue casi unánime en defensa de la democracia, profundizando un poco el análisis llega a concluir que ese proceso democrático estaba jugando su futuro y provocó los resultados que observamos debido al deseo de vulnerar el sistema con el propósito de garantizar su prolongación en el ejercicio del poder, como los hicieron otros países que sirvieron de modelo.
Pero si nos ponemos a observar lo acontecido con las reformas constitucionales podemos advertir también que la pregonada solidez del gobierno Chávez en Venezuela muestra una cantidad de filtraciones que en algún momento podría precipitar una caída estruendosa.
Como si todavía faltara algo más, podemos volcar los ojos a Cuba donde el deterioro de la salud de Fidel Castro ha dado lugar a una sucesión irreversible de su hermano Raúl quien ha mostrado un propósito de moderar sus posiciones en especial con su tradicional rival EE.UU. con un acercamiento que tiente a profundizarse. Si bien Cuba han tomado las previsiones necesarias para que no le suceda lo mismo, cuando el sólo anuncio de una flexibilización de las posiciones dio lugar a un cambio profundo que terminó haciendo desaparecer la Unión Soviética con toda la fuerza que ella poseía.
De esa manera, el panorama político de para loas posiciones extremas parece debilitarse al extremo de provocar una caída, no en un país en particular sino en todos como un bloque, a no ser que se adopte medidas correctivas que puedan hacer más confiables la políticas, el más interesante sin duda es el caso de Basil que desde un principio ha adoptado posiciones más moderadas con un propósito más conciliador que de enfrentamiento como el que han adoptado sus amigos que prefieren el choque para luego flexibilizar, una posición que si la vemos con objetividad ha dado también sus resultados, en le caso boliviano no podemos dejar de ver que avanzando cuatro pasos para retroceder dos, el gobierno a logrado avances considerables dentro de su línea.
Tal vez la mayor conquista que logaron y que vemos con claridad en este proceso preelectoral, es el hecho de que cada paso ha obedecido a un plan previamente estudiado, desde la política económica hasta el juego político, al extremo de que ha invadido el territorio de la llamada media luna que se presumía inexpugnable, con el discurso de Autonomía que se manejaba en ella.
Mientra el gobierno continua su trabajo programado, la oposición ha pasado los cuatro años de la gestión reaccionando a los movimiento coyunturales, pero dirigiéndose a ninguna parte; es así que ahora, a cuatro meses de las elecciones, además de que no hay programas globalmente estructurados, se ofrecen cosas puntuales como mayores empleos o mejores mercados y lo que es peor, el abanico político tiende a ampliarse cada día con nuevas opciones que llegado el momento, serán difíciles de conciliar: indigenistas, feministas, ex dirigentes cívicos, ex militares, socialistas moderados, empresarios; con nuevos rostros o lideres tradicionales, a cual más desubicados, estarán a la caza del voto popular contra un oficialismo, asustado, pero mejor organizado.
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