Trigo limpio

1 Ago.09
El Día Nacional de Trigo dio para todo, el Jefe del Estado Plurinacional estuvo al medio con todos los ofrecimientos acostumbrados, para recibir el aplauso de su ocasional auditorio.
No es extraño que el Jefe del Estado esté presente en las celebraciones que se realizan en diferentes lugares del país, es más, consideramos que es su obligación estar presente en todos los lugares donde su presencia se puede convertir en un hecho de importancia.
Lo grave de la situación se presenta cuando ésta presencia se vuelve una presencia proselitista, el objetivos es el de conseguir votos desarrollando su campaña para las elecciones de diciembre próximo.
Como ya ha venido sucediendo en otras localidades del país, los anfitriones resultan pródigos en atenciones ya que la visita trae consigo aportes extraordinarios para la localidad y las actividades que en ella se realizan.
Lo extraño en este caso particular es que los productores de trigo estuvieron participando como aliados incondicionales con las autoridades del Comité Cívico departamental y como si ello fuera poco, se manifestaron comprometidos con los postulados de las autoridades regionales frente a las posiciones verticales del centralismo y que en el caso particular del sector, afectan la propiedad de tierras de los productores de trigo de la región.
La actitud de los productores de trigo y los vecinos de Okinawa ha merecido el repudio de las autoridades cívicas que han considerado como una traición el hecho de que sus aliados se hubieran prestado a participar en los actos de celebración del Día del Trigo junto al Presidente Morales.
Mientras las tensiones se mantengan en el país, situaciones de este tipo han de repetirse cada vez con mayor frecuencia, especialmente en esta época preelectoral, en que la ciudadanía se encuentra preocupada por satisfacer sus necesidades apremiantes y nada mejor que lo haga quien ejerce el poder y al parecer continuará haciéndolo.
Lo lamentable del caso es que las posiciones extremas han dado lugar a que los productores de trigo se hayan dispuesto a recibir de ambas partes, lo que ha motivado la reacción de quienes los consideraban aliados incondicionales y que en esa condición se habían dispuesto a hacer sacrificios para cooperarlos.
Es posible que la actitud se repita con relativa frecuencia y en tales condiciones podemos afirmar que cuando se trata de defender los propios intereses, las personas dejan de lado sus simpatías y aún sus principios y los ponen al servicio de quien puede ofrecer una cooperación mayor.
La actitud de los productores de trigo nos permite afirmar que cuando se trata de defender los propios intereses, la gente deja de ser trigo limpio y no vacila en arrimarse al mejor postor para satisfacer sus deseos.
Este hecho deber servir de experiencia para quienes imaginan contar con parciales incondicionales, no es raro que en el momento de depositar su voto, los que parecían muy leales actúen más por conveniencias que por servir a sus apreciaciones ideológicas.

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