24 Jul.09
Los esfuerzos desplegados por las autoridades del Poder Ejecutivo no hacen otra cosa que confirmar las sospechas sobre las condiciones en que se encontraba el padrón electoral.
La posibilidad de que el proceso electoral de diciembre próximo quede sujeto a la aplicación de un nuevo padrón, con nueva tecnología, ha sido motivo de optimismo para los sectores de oposición, al extremo de que el oficialismo ha perdido su posición de vencedor incuestionable y que hace esfuerzos para volver a lo anterior, aplicando el adagio de que más vale lo malo conocido, sin embargo, es precisamente por conocido que mucha gente no quiere aceptarlo.
Pero los esfuerzos iniciales por revertir esa situación no fueron suficientes y ahora el ejecutivo ha iniciado una nueva arremetida para poner el vigencia el padrón desechado, si las condiciones no son las mismas, al extremo de que no sólo algunos sectores, sino autoridades representativas de regiones completas han manifestado su propósito de declarar la abstención en caso de que se insista con la aplicación de un padrón que hace ver, cada vez más evidentes, los vicios que lo hicieron cuestionable.
La Corte Nacional Electoral por su parte, ha aceptado el desafío sin ningún cuestionamiento, lanzó la convocatoria para la provisión de los equipos y una vez adjudicados los mismos, ha fijado un calendario y está dispuesta a ejecutarlo al pie de la letra.
Los únicos que hacen temer la dificultad de que el proceso pueda concretarse dentro de los términos previstos son nuevamente los miembros del Poder Ejecutivo y en tales condiciones, lo menos que han podido hacer es despertar todo tipo de sospechas, aún aquellas que hacen temer que estaría dispuesto a mover sus influencias, para dificultar la ejecución de padrón biométrico y que el pueblo muerda el anzuelo y se someta a la maniobra que dio tan buenos resultados para ellos en varias oportunidades donde al parecer el citado padrón fue perfeccionado. Recordemos los casos del referéndum revocatorio o de aquel otro de aprobación de la Constitución que nos dejó bajo una ley cuyas contradicciones no acabamos de entender, en especial aquellos que hemos resultado bolivianos de segunda categoría, porque nuestra lengua madre no permite que seamos considerados originarios.
La posibilidad de manejar el poder ha dado lugar a que a pesar de estar plenamente comprobado, con denuncias fundamentadas, el padrón no solo no fue anulado sino que comos en el caso actual, se pretende utilizarlo aun haciéndolo aparecer como un parche necesario.
Como si eso fuera poco, por otro lado no se hizo el mínimo esfuerzo para sancionar a los autores del proceso que había entorpecido el funcionamiento de un instrumento legal que en un proceso democrático limpiamente manejado, podría ser utilizado sin dificultad por muchos años y para la ejecución de diferentes consultas, en especial en estos tiempos en que a partir de la aprobación de la nueva Constitución Política, rarificada por el padrón de marras, ofrece la posibilidad de la realización de varias consultas, con diferentes objetivos en el curso de los próximos años.
Como podemos ver, es muy sugestivo el esfuerzo por incorporar el viejo padrón por cualquier camino. Menos mal que no aplicaron la Constitución con todas las vueltas que ofrece y nos dicen que se podría tener un padrón biométrico para los bolivianos de segunda y el viejo para los originarios que en los últimos años habían experimentado una fertilidad alarmante.
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